Bélgica aspira

Tuvimos que esperar a cuartos de final para ver el mejor partido del Mundial. Un Brasil-Bélgica que daría al espectador todo lo que quisiese. Fútbol, goles, ocasiones, emoción e individualidades, sobre todo esto último. Bélgica es una de esas selecciones que dejan un mal sabor de boca. Y no por el juego que realizan o por las ideas que su entrenador pretende seguir, sino por la sensación de poder llegar más lejos. Tras caer frente a Argentina en 2014 y frente a Gales en la Euro 2016, los flamencos se vieron obligados a cambiar el chip. Desde los altos cargos hasta su técnico, los belgas tuvieron que dar un paso adelante y optar claramente por el título. En Rusia se les presentaría, frente a la todopoderosa Brasil, una oportunidad de oro. Debido a la ausencia de Casemiro, Tité decidía alinear a Fernandinho. Por lo demás, la formación seguía siendo la misma. Un 4-3-3 de contención con Coutinho y Paulinho como interiores. Roberto Martínez, en cambio, tocaba más piezas de lo normal. Es...