Algún ápice de sorpresa

Llegó el momento que tod@ futboler@ estaba esperando, llegó el Mundial de Rusia y, con él, muchísimas delicias visuales, como el buen fútbol de la mayoría de selecciones, como la magia de algún que otro jugador 'especial' o como equipos o jugadores que dan la sorpresa. Esta serie de cositas son las que nos trae el mejor campeonato intercontinental, pero no todo es de color rosa. Los partidos inaugurales dependen del anfitrión, claro, y este año tenía pinta de ser un inicio agridulce. Sin embargo, no defraudó.

Rusia y Arabia Saudí ponían el balón a rodar en Moscú, sin demasiada calidad en sus onces pero sí con las ganas de pelear contra Uruguay y Egipto. Los árabes llevaron la misma iniciativa durante todo el partido, tocar y salir desde atrás. Sabemos que, para ello, se necesitan ciertos requisitos técnicos y tácticos. Por eso, partiendo de que la selección es la que es, no podíamos esperar mucho más.

Por otro lado, Rusia sorprendió a más de uno. Su juego fue el que quería Cherchesov, concentración en la zona defensiva y salidas rápidas, sin enredos. Dio efecto, puesto que los saudíes no asustaban demasiado. Pero, pese a este guión táctico, hubo dos jugadores que estuvieron especialmente finos. El primero Golovin, quien dio dos asistencias y metió el quinto; y el segundo, Cheryshev, que marcó dos golazos. El centrocampista del CSKA demostró que pese a su edad dispone de mucho talento, así como de coherencia y recorrido. El del Vila-Real, por su parte, entró supliendo a Dzagoev y anotó dos goles de gran calidad técnica.

Aunque fueron los dos peores equipos del ránking FIFA quienes abrieron el Mundial, el campeonato demostró que esto no importa, y es que estamos hablando de una competición que no es moco de pavo. Jugadores que no han disfrutado de minutos en sus clubes esta temporada, centrales de 38 años o jóvenes prematuros, no importa. Cuando se trata de un Mundial, siempre puede haber algún ápice de sorpresa.

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