Con Suiza no se juega
Ayer debutaba, para muchos, la gran favorita. Atrás queda la Brasil de Ronaldinho, Rivaldo y Ronaldo, pero está no se queda lejos individualmente. En frente, Suiza, una selección que siempre está ahí, que cumple, y que en este Mundial tiene mucho que decir.
Como ocurre con Francia, la canarinha dispone de un plantilla excelente, con jugadores de la talla de Coutinho, Marcelo o el mismísimo Neymar. Sin embargo, el juego implantado por Tité no responde a las expectativas que uno puede ponerse analizando individualmente a Brasil. 20 minutos les bastaron ayer para desbordar, crear ocasiones y asustar, sobre todo asustar. Una lástima que, con el golazo de Philippe, todo fuese a menos. La presión dejaba de ser alta, consensuada y agresiva, por lo que Suiza, dirigida por una correcta pareja Xhaka-Behrami, empezaba a acercarse.
Precisamente, este bajón de Brasil explica el resultado, aunque no hay que quitarle mérito a Suiza. Y es que Petkovic salió con todo para frenar a la favorita. Solidaridad defensiva y pausa para tocar fueron las claves hasta que llegó el gol. Paradójicamente -aunque siendo común en el fútbol- Brasil se espabiló tras el empate. Pero de nada sirvió.
Los pentacampeones defraudaron en su primer partido, sin ninguna duda. Dio la sensación de que Tité no aprovechó sus recursos. Además, el físico de Neymar -todavía al 70 %- dio opciones a los europeos, que realizaron un gran partido. Una vez más, podemos sacar en limpio un par de cosas. La primera, el juego de Brasil, que no deja indiferente a nadie. Y la segunda, el rival. Puedes tener en tus filas a jugadores estelares, sí, pero como con otras selecciones que están dando la sorpresa, con esta Suiza no se juega.
Como ocurre con Francia, la canarinha dispone de un plantilla excelente, con jugadores de la talla de Coutinho, Marcelo o el mismísimo Neymar. Sin embargo, el juego implantado por Tité no responde a las expectativas que uno puede ponerse analizando individualmente a Brasil. 20 minutos les bastaron ayer para desbordar, crear ocasiones y asustar, sobre todo asustar. Una lástima que, con el golazo de Philippe, todo fuese a menos. La presión dejaba de ser alta, consensuada y agresiva, por lo que Suiza, dirigida por una correcta pareja Xhaka-Behrami, empezaba a acercarse.
Precisamente, este bajón de Brasil explica el resultado, aunque no hay que quitarle mérito a Suiza. Y es que Petkovic salió con todo para frenar a la favorita. Solidaridad defensiva y pausa para tocar fueron las claves hasta que llegó el gol. Paradójicamente -aunque siendo común en el fútbol- Brasil se espabiló tras el empate. Pero de nada sirvió.
Los pentacampeones defraudaron en su primer partido, sin ninguna duda. Dio la sensación de que Tité no aprovechó sus recursos. Además, el físico de Neymar -todavía al 70 %- dio opciones a los europeos, que realizaron un gran partido. Una vez más, podemos sacar en limpio un par de cosas. La primera, el juego de Brasil, que no deja indiferente a nadie. Y la segunda, el rival. Puedes tener en tus filas a jugadores estelares, sí, pero como con otras selecciones que están dando la sorpresa, con esta Suiza no se juega.
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