De más a menos y al revés

La selección danesa, muy motivada tras ganar en el partido frenético contra Perú, accedía matemáticamente a octavos de final si ganaba a Australia. Pero, lamentablemente para los europeos, su rival había mejorado mucho con respecto al último partido.

Como contra Francia, los canguros comenzaron asustados, con pocas revoluciones. De hecho, Eriksen marcaba en el minuto siete, dejando muy de cara el partido para su equipo. Con Schöne y Sisto haciendo su faena a las mil maravillas, Dinamarca presionaba arriba y buscaba el segundo.
Australia, por su parte, buscaba frenar las ofensivas rivales, con sus dos líneas de cuatro habituales.

Sin embargo, un penalty tonto de Poulsen dio el empate a los australianos, que cambiaron el chip. Estos empezaron a dominar el esférico y, por ende, las ocasiones. Mathew Leckie era el hombre adecuado para conseguir los tres puntos, pero no todo era tan fácil. Y es que esta selección danesa destaca más por su bloque defensivo que por sus transiciones ofensivas.

Hablaba en el post anterior del poco provecho a Lucas Vázquez en la selección. Podría hacer lo mismo con Eriksen, ya que el del Tottenham tan solo apareció en el gol, cuando realmente tiene condiciones de sobra para liderar a los de Age Hareide. Los de Oceanía, por otro lado, tuvieron más el balón que en el primer partido -evidentemente debido al rival que tenían en frente-, aunque sus principales armas siempre serán los contraataques.

Podemos decir, pues, que Dinamarca empezó bien pero que la tortilla se giró. Podemos decir también que Australia no estaba cómoda al principio, pero que la segunda parte fue suya. Podemos decir, por tanto, que una fue de más a menos y, la otra, de menos a más.




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