La decepción tapada

Acompañando a Alemania y México, Corea del Sur y Suecia disputaban hoy un partido que partía como igualado. Pese a que las expectativas en ambas selecciones eran buenas, los asiáticos han defraudado como el que más, gracias, en parte, al buen juego interior de Suecia.

La ausencia comprensible de Ibrahimovic pudo suponer un problema para Andersson, pero no lo fue. Una selección joven, motivada además tras eliminar a Italia, con talento arriba y con ganas de jugar un campeonato de estas dimensiones. Corea, por su parte, dispone de jugadores gustosos. Hwang Hee-Chan y Son Heung-Min, las grandes referencias.

Los dos entrenadores apostaban por todo para conseguir la victoria. Empezó bien Corea, con contragolpes rápidos -ahí es donde pueden asustar- y con una defensa concentrada. Sin embargo, Suecia empezó a asociarse por dentro, donde encontraban facilidad. El centro del campo coreano no estuvo al nivel de un Mundial. Y es que puedes ser muy bueno ofensivamente, liderando transiciones resueltas a posteriori por Son o Hwang, o puedes serlo ayudando a la defensa, pero no puedes -si es que quieres competir- ser nefasto en ambas.

El gol tuvo que llegar gracias al VAR, pero eso no influye en el pobre juego de los de Shin Tae-Yong. Apostar por un nueve corpulento para que se pelee con las torres suecas es, de primeras, una buena idea. Pero hay que contar con la incapacidad de este para asociarse velozmente con sus extremos. Evidentemente, no todo queda en un equipo. Suecia ha puesto la primera piedra para llegar a octavos, y lo ha hecho de buena manera. Pero, pese a esto, hay que tener en cuenta el mal juego de Corea del Sur. Qué pena tener a la primera 'decepción tapada'.


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