La tónica de siempre

Irán y Portugal se enfrentaban en un partido muy significante para ambos. Los lusos dependían de sí mismos para clasificarse a octavos, al igual que los iraníes. Pero, para colmo, todo acabó en tablas, dejándole más protagonismo, como muchas otras veces, al VAR.

Fernando Santos tenía una cita complicada con la Irán de siempre. El técnico portugués, a sabiendas del juego de su rival, apostó por Quaresma, André Silva y Adrien Silva. La entrada de estos puede entenderse si analizamos el juego mostrado por Bernardo Silva, Guedes y compañía. Aunque la entrada de los tres tuvo, también, su explicación. Y es que poblar el área iraní era necesario para destruir el muro. Además, el centro del campo quedaba bien resguardado con un Adrien Silva más defensivo que Moutinho.

Los de Queiroz querían clasificarse para la siguiente ronda con sus armas, aprovechando sus recursos. Con un 5-4-1 en amplias fases del partido, Sardar Azmoun se posicionaba como el hombre más 'liberado'. La agresividad de los asiáticos a la hora de robar y los despliegues del delantero dieron su fruto rascando un empate.

Si bien es cierto que Portugal supo adaptarse al equipo que tenía enfrente, las ideas de estos no eran demasiado distintas. Al igual que Irán, que quiso morir con las botas puestas y, sin duda alguna, con la tónica de siempre.




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