Muy pocas VARiantes

Si algo tiene el fútbol es esa esencia de impredicción que nos deja locos en muchísimos partidos. Evidentemente, todo o la gran mayoría reside en el propio juego, pero hay veces que el deporte rey no deja de sorprendernos. El España Marruecos fue, sin duda, un claro ejemplo.

Fernando Hierro optaba por Thiago en la medular, dejando fuera a Lucas Vázquez, quien fue titular en el partido frente a Irán. Esto suponía juntar cuatro hombres por delante de Sergio Busquets para, obviamente, dominar el balón. Pero, pese a que la idea estaba, está y estará clara, la ejecución no lo fue. Por su parte, los marroquíes pasaban de un 4-2-3-1 a un 4-1-4-1. El objetivo era claro: tapar el juego interior. De hecho, se entiende esta meta viendo como a Irán estuvo a punto de salirle bien.

El problema que viene acompañando a España es doble. El primero, el nivel individual. Puedo cuestionar a De Gea, a Silva o al mismísimo Iniesta, pues uno parece no estar preparado emocionalmente, otro no aparece como lo hacía en la fase de clasificación y don Andrés no está para jugar noventa minutos. Sin embargo, este es un inconveniente cuya solución es inexistente, ya que nada depende del míster. Pero por otro lado encontramos los errores tácticos, por así decirlo. Y es que la recuperación tras pérdida se le atraganta a España -véase el gol de Boutaïb-, además del gol.

En el banquillo hay jugadores desequilibrantes como Asensio o Lucas Vázquez, y también los hay de rocosos, trabajadores y generosos en el juego, como Saúl o Koke. Con esto quiero decir que quizá una solución podría ser el recambio de jugadores según el rival. De todos modos, lo mío es una opinión insignificante en el aspecto. Pero, lo que sí se puede decir bien alto es que la selección española está en octavos, y lo está, más o menos, gracias al videoarbitraje. Una lástima que, a pesar de la gran plantilla que posee el técnico, este tenga muy pocas variantes.



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