Pasó lo que tenía que pasar

La selección española se veía obligada a conseguir los tres puntos para ponerse líder. Irán, por su parte, llegaba con cierto colchón debido a su victoria frente a Marruecos. De esta manera, se podía sobrentender la táctica y el objetivo de los iraníes.

Fernando Hierro dejó fuera a Thiago y alineó a Lucas Vázquez para, evidentemente, dar profundidad en banda derecha. Sin embargo, desde mi punto de vista, España no supo aprovechar este recurso. Aunque es cierto que los asiáticos supieron defender frente a la mejor plantilla del Mundial, el del Real Madrid tuvo que dejar el terreno de juego por su inactividad.

Queiroz fue con una idea distinta a la del partido contra los marroquíes. Estos quisieron coherencia defensiva en todo momento, para tapar el medio y ensanchar bien el bloque. Así pues, España se veía obligada a tocar horizontalmente, algo que no le servía. Pero con el gol de Diego Costa, los Príncipes de Persia se acercaron más, dejando huecos en el centro del campo.

Por parte de Irán, dos ideas distintas según el contexto y la necesidad. Y a punto estuvo de salirles bien. Por parte de España, la esencia de siempre. Pero, desgraciadamente, la roja debe mejorar cuando se cruza con equipos encerrados. Aunque difícilmente en las fases directas hayan selecciones con este ADN, el técnico español tiene que encajar algunas piezas ofensivas. Y es que menos mal que ayer, pasó lo que tenía que pasar.


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