Consecuencias del formato

Inglaterra y Panamá eran los protagonistas de lo que tenía que ser, en teoría, un partidazo. Sin embargo, debido al aburrido formato de esta copa del mundo, ambos sabían que quien ganase iba a ponerse primero y, por tanto, en el cuadro 'complicado'.

A sabiendas de esto, los técnicos decidieron rotar. Gareth Southgate tan solo conservó a dos jugadores con respecto a los primeros encuentros, Pickford y Stones. Vardy, Rashford, Cahill y compañía disfrutarían de minutos. Roberto Martínez, por su parte, hizo lo propio. Al igual que su rival, solo el portero y un central, Boyata, entraban en el once. El resto, jugadores secundarios para el técnico español.

La doble punta Vardy-Rashford podía aumentar más si cabe la verticalidad inglesa. Pero, a decir verdad, la poca calidad para trazar líneas en 3/4 dejaba a los 'three lions' con pocas ideas. Quizá el balón largo podía ser una de ellas, pero no solía coger desprevenida a la defensa belga. Al contrario que su oponente, Bélgica disponía de jugadores con nivel para asociarse arriba. Y es que Batshuayi es uno de esos jugadores engañosos, que parece pobre en cuanto a técnica pero realmente sabe ser un punto de apoyo para Januzaj o Chadli, que mejoraba la posición de carrilero.

Podríamos decir que los diablos rojos tenían más recursos gracias a la superioridad individual, pero este no fue un partido útil para sacar conclusiones. Lo que sí podemos decir una vez finalizada la fase de grupos es que el formato de esta copa del mundo es, cuanto menos, ilógico. Por lo tanto, que dos selecciones top no puedan brindarle al espectador su mejor fútbol es, sin duda, una consecuencia del formato.



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