El momento de Forsberg

Suecia y Suiza se veían las caras en octavos de final. Una cita que no sorprendió a nadie debido al gran juego que venían mostrando ambas selecciones. Porque aun no teniendo plantillas espectaculares en cuanto a nivel individual, estas compiten, y lo hacen de una manera ordenada y colectiva.

Tras la eliminación de la Eurocopa en 2016, los suecos recibieron una noticia difícil de asimilar: Zlatan Ibrahimovic se retiraba de la selección. Esto supuso un doble trabajo para el cuerpo técnico. Y es que clasificarse para el Mundial no es tarea sencilla, pero nada es imposible cuando uno consigue darle a sus jugadores un alma de equipo. Y ese uno, un tal Jane Andersson, hizo que Suecia estuviese en el siguiente campeonato del mundo, eliminando a Holanda en fase de grupos y a toda una Italia en la repesca. Una auténtica hazaña que sigue a día de hoy, pues están en octavos tras superar a México, Alemania y Corea del Sur.

Su técnico de enfrente, Vladimir Petkovic, no tenía nada que envidiarle. Pues el trabajo del bosnio estaba siendo excelente, dejando muy buenas sensaciones frente a Brasil y Serbia. Por lo tanto, este repitió formación y estilo, un 4-2-3-1 con dominio de balón y una defensa solida. Lo que quizá no tuvo en cuenta el seleccionador suizo fue la rocosidad sueca, que con su 4-4-2 dejaba sin espacios a cualquiera que lo intentase.

La presión en 4-4-2 de Suecia tuvo su éxito debido a un matiz: sus dos puntas seguían a la pareja de medios suizos, permitiendo así a Akanji y Djourou empezar jugada. Pero esto no fue tan positivo como le podía parecer a la Nationalmannschaft, que vio como Dzemaili se veía obligado a bajar a recibir, algo que castigaba más a Xhaka, perseguido por Berg y Toivonen durante todo el partido.

La única alternativa que ofrecían los vikingos amarillos era buscar a Shaquiri y que este iniciase jugada por el interior, aprovechando así su calidad. Pero, desafortunadamente para los de Petkovic, la defensa liderada por el rejuvenecido Granqvist castigó a su rival con un doble movimiento: robo y transición. Transición a la que le sacó provecho Emil Forsberg, un jugador que no lo tiene fácil con su país debido al estilo de juego a seguir pero que, sin duda, muestra su calidad cuando puede.

A falta del Colombia-Inglaterra, ya sabemos quienes estarán en cuartos de final. Y una de las conclusines que podríamos sacar es la importancia de la táctica y del espíritu de equipo. Pero, sin embargo, con Suecia pasó algo más bien híbrido. Y si no que le pregunten a Forsberg, que se puso a las espaldas a todo un país.


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