Y el muro cayó
Alemania, la mejor selección de la historia desde mi punto de vista, se estrelló frente a una Corea del Sur que lo tenía realmente difícil. Los europeos dependían de sí mismos para pasar a octavos. Sin embargo, Corea del Sur fue, sin saberlo, la mejor aliada de México y Suecia.
El principal cambio de Shin Tae-Yong fue la formación. Pasó del 4-2-3-1 mostrado en los primeros partidos al 4-4-2 contra Alemania. La respuesta está, evidentemente, en la necesidad. Los coreanos podían no clasificarse, pero sí podían irse con la cabeza bien alta. Para ello se vieron obligados a llenar el centro del campo, eso que tan bien hicieron Suecia y México frente a los teutones.
Estos no sufrieron demasiado, pero sí veían cada vez más lejos el pase a octavos, y más sabiendo que los suecos estaban apalizando a los mexicanos. La poca aparición de Kroos y la irregularidad -otra vez más- de Mesut Özil, le complicaban las cosas a Löw, quien para mí es el principal artífice de esta debacle. Me explico. Dejar fuera a jugadores como Leroy Sané es, cuanto menos, inexplicable. Puedes buscar jerarquía en el plantel, pero de nada sirve si luego no puedes desequilibrar el partido. Por otra parte, alinear a Neuer en lugar de Ter Stegen me parece una completa osadía. El segundo portero con mejor promedio de la Liga y, sin duda, uno de los mejores del mundo...¿qué debe hacer para jugar?
La titularidad de Timo Werner se podría entender si a su lado existiera un jugador que ocupase ese espacio. Es decir, los desmarques hacia la banda del jugador del Leipzig son útiles siempre y cuando no queden huecos libres y, por tanto, desaprovechados. Y como estos matices, muchos.
Lamentablemente para la amplia afición germana, sigue en pie la maldición del campeón del mundo. Quizá sea excesiva relajación, quizá sea mucha presión o quizá haya una poca renovación en el equipo. Lo que sí sabemos es que Alemania debe cambiar muchas cosas para llegar lejos en la Eurocopa 2020. Al igual que sabemos que a día de hoy, el muro cayó.
El principal cambio de Shin Tae-Yong fue la formación. Pasó del 4-2-3-1 mostrado en los primeros partidos al 4-4-2 contra Alemania. La respuesta está, evidentemente, en la necesidad. Los coreanos podían no clasificarse, pero sí podían irse con la cabeza bien alta. Para ello se vieron obligados a llenar el centro del campo, eso que tan bien hicieron Suecia y México frente a los teutones.
Estos no sufrieron demasiado, pero sí veían cada vez más lejos el pase a octavos, y más sabiendo que los suecos estaban apalizando a los mexicanos. La poca aparición de Kroos y la irregularidad -otra vez más- de Mesut Özil, le complicaban las cosas a Löw, quien para mí es el principal artífice de esta debacle. Me explico. Dejar fuera a jugadores como Leroy Sané es, cuanto menos, inexplicable. Puedes buscar jerarquía en el plantel, pero de nada sirve si luego no puedes desequilibrar el partido. Por otra parte, alinear a Neuer en lugar de Ter Stegen me parece una completa osadía. El segundo portero con mejor promedio de la Liga y, sin duda, uno de los mejores del mundo...¿qué debe hacer para jugar?
La titularidad de Timo Werner se podría entender si a su lado existiera un jugador que ocupase ese espacio. Es decir, los desmarques hacia la banda del jugador del Leipzig son útiles siempre y cuando no queden huecos libres y, por tanto, desaprovechados. Y como estos matices, muchos.
Lamentablemente para la amplia afición germana, sigue en pie la maldición del campeón del mundo. Quizá sea excesiva relajación, quizá sea mucha presión o quizá haya una poca renovación en el equipo. Lo que sí sabemos es que Alemania debe cambiar muchas cosas para llegar lejos en la Eurocopa 2020. Al igual que sabemos que a día de hoy, el muro cayó.
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